30Las trampas en los videojuegos son un problema grave que afectan al sector desde tiempos inmemoriales. Sobre todo, los títulos que se ven más afectados por los grupos de cheaters y hackers son los juegos en línea, con los shooters llevándose la palma en este aspecto. Muestra de ello son las oleadas de prohibiciones de cuentas de forma masiva en juegos como Counter Strike: Global Offensive o Free Fire.
Desde el portal de USwitch han compartido un estudio en el que muestran esta misma situación, y dejan los datos a través de los jugadores por países. Aunque podéis estar ya imaginando el top 1, hay bastantes sorpresas a lo largo de esta larga lista. Así pues, vamos con los datos:
Rusia e Italia lideran la clasificación de los países más tramposos
Aunque los casos en el Sudeste Asiático o América del sur son realmente sonados, la palma en esta ocasión se la lleva Rusia. Según los datos, el país (que cuenta con una población mayor que la mayoría de los de la lista), suma un 18.40 en la puntuación del índice de trampas. Aunque este dato puede no sorprenderos por las continuas noticias de casos en juegos como en CS:GO, lo sorprendente es la segunda posición.
Italia aparece muy cerca del país asiático-europeo con un 16.58 de puntuación, contando con una población mucho menor. La (dudosa) medalla de bronce se la lleva Israel, con un ya alejado 4.87 de puntuación.
El país vecino, Portugal, se encuentran en la séptima posición (2.36), mientras que los norteños franceses ni aparecen entre los cincuenta primeros. Para encontrar al país más «tramposo» de habla hispana, debemos bajar al puesto número 13, donde encontramos a Argentina (1.92).
Si os preguntáis dónde se encuentra España, debemos bajar bastante en la lista hasta el puesto 37. Con un 0.33 de puntuación nos encontramos a la par de otros países como Costa Rica, Sri Lanka o Belice. Así que ya sabéis, por el momento España puede librarse del dudoso honor de ser uno de los países más tramposos dentro de los videojuegos. Ojalá y las empresas sigan luchando frente a esta lacra que reina en muchos de nuestros juegos de manera impune.