Microsoft anunciaba este martes 18 de enero de 2022 un acuerdo histórico que ha puesto del revés toda la industria del videojuego. La compra de Activision Blizzard por una cantidad entre 50 y 70 mil millones de dólares es posiblemente el movimiento más importante de la historia, y aporta a la compañía algunas de las franquicias más icónicas del mundo.
Call of Duty, Warcraft, Diablo, Overwatch, StarCraft, Hearthstone, Crash Bandicoot, Spyro, Tony Hawk, Candy Crush, Heroes of the Storm, Sekiro… Un gran número de sagas y títulos, la mayoría de ellos propios, pero otros como Sekiro son realizados por FromSoftware, pero Activision es el publisher del mismo.
La pregunta que muchos os estaréis haciendo es, ¿Qué ocurrirá con todas estas sagas tan emblemáticas tras la compra de Microsoft? No es fácil responder a la misma, y por ahora todo son suposiciones, pero podemos imaginar que la compañía norteamericana va a tratar de darlo todo.
Microsoft contra el mundo
Tras cada compra billonaria, la sensación que tiene la industria es que todo es cada vez más un Microsoft contra el mundo. Un mundo del que tiene gran parte de la propiedad, destacando la adquisición de numerosas empresas destacadas del videojuego.
Con la propiedad de marcas como Call of Duty, Diablo, Overwatch o Crash Bandicoot, acostumbradas a salir en el máximo número de sistemas posibles, eso podría cambiar. Será decisión de Microsoft el hacerlo, al igual que con Bethesda, o al menos incluir una exclusividad temporal. La idea es generar el máximo beneficio, por lo que sería realmente extraño que franquicias como CoD no apareciesen en PlayStation.
Nada es eterno, y el que fuese uno de los grandes iconos de PlayStation, Crash Bandicoot, es ahora propiedad de Microsoft. Todo tiene una explicación, y es que el bandicoot más famoso del mundo nació de la mano de Naughty Dog con Sony como distribuidora; tras ello llegaría Universal, el principio del fin para una saga que abandonó a su creador y paso por innumerables manos: Vivendi, Sierra y, desde 2008 Activision, para acabar terminando en propiedad de uno de los grandes rivales de los que fuesen sus creadores. Las vueltas que da la vida…
Activision Blizzard, potencial infinito
Microsoft no ha adquirido una empresa cualquiera. Activision Blizzard estaba hasta arriba de fango, una situación terrible que les ha terminado obligando a vender. Una ‘gallina de los huevos de oro’ que Microsoft sabrá aprovechar, y es que el potencial es casi infinito, con franquicias llenas de seguidores, potencial en los esports, un gran número de creativos, programadores… Profesionales del videojuego al máximo nivel. Todo eso recibe Microsoft, que incluso podría explorar el expandir un universo cinematográfico y literario que puede dar mucho de sí tal y como ha demostrado Blizzard Entertainment en algún momento.
Las posibilidades son infinitas, ¿será capaz Microsoft de sacar el máximo rendimiento a su compra? Tratemos de ser positivos, los monopolios no son buenos en ningún ámbito, pero la situación de Activision Blizzard la dirigía a un camino sin retorno, ahora todo su universo vuelve a tener una oportunidad a lo grande de ser sobresaliente.