Lo de Ibai con los futbolistas Reguilón y Borja Iglesias hace una función que necesitamos: normalizar los esports.
Puede que la mayoría de los que forman parte de este sector, sobre todo los fans, hablen de deportes electrónicos y consideren que no necesitan la validez de los demás. Y la validez no, pero que nos dejen hacer sí.
Empezamos hablando de los padres. La mayoría de los padres no toleran que sus hijos se queden jugando horas a un videojuego. Y si encima se les ocurre decir que «quieren vivir de competir en un videojuego» mejor ni hablamos. El rechazo suele ser algo generalizado, cuando quizás por volumen de participantes hay más posibilidad de ganarte la vida como jugador de esports que como jugador de fútbol. Sin embargo, no intentar ser el nuevo Cristiano Ronaldo es prácticamente una deshonra.
¿Cuántos hijos han aprovechado este fin de semana para decirle a su padre «papa, mira, este futbolista de primera división está jugando a este juego por el que tanto me echas la bronca»? Y muy posiblemente habrá cambiado la cara.
Luego pasamos a las marcas. Aunque vosotros creáis que no, la mayoría de las marcas no saben lo que somos. Creen que es tan válido League of Legends como Smite. Creen que somos «videojuegos». Y punto. Muchas marcas van a descubrir estos días qué son los deportes electrónicos porque no van a poder patrocinar otra cosa, y si su punto de entrada es ver a Reguilón y Borja Iglesias jugando con Ibai, se van a fiar más.
Y os puedo prometer, literalmente, que hay grandes marcas de consumo que no tienen ni idea de lo que es Twitch.
Twitch. La mayor plataforma de streaming de Occidente. Donde hay audiencias de cientos de miles de personas en un solo canal. Gracias a que por ejemplo aparezca el stream de Ibai en el Marca, ya habrá muchos que descubran lo que es Twitch. Y todo esto, creáis que no, nos hace falta.
Porque en realidad, y por mucho que haya gente vendiendo la moto, en España los esports somos una pequeña mierdita que necesita de muchos procesos para subsistir.
El cambio no es inmediato. Porque nadie ni nada cambia de forma inmediata. Pero lo que antes era de frikis, de enganchados, de raros, ahora es de «ah, esta gente también… hace eso… de los marcianitos».
Y si seguimos dejando que esta gente no nos normalice, en unos años nos van a necesitar.
Si tú también quieres normalizarme sígueme en Twitter. Si alguna marca se ha sentido aludida y quiere patrocinarme tengo MDs abiertos.