Pasa el tiempo el caso de Wunder, top de G2 Esports, sigue siendo un oasis en mitad del desierto. Un jugador que rinde en prácticamente todas las grandes citas, para después descubrir que el secreto está en no jugar. Mejor dicho, apenas juega soloq hasta que la temporada no permite eludirlo.
Good thing about being jetlagged and waking up at 1am in China…. Perfect time for raids to start in WoW 🙂
— Martin Hansen (@G2Wunder) September 9, 2020
Un jugador que, siguiendo el aire del equipo, no rehúye nunca de retratarse constantemente: hasta la consecución del título de LEC este split, no ha jugado por semana ni mucho menos la cantidad que se ‘debería’ para mantenerse con frescura mecánica. Y sin embargo, esta pasada final fue absolutamente clave.
Conocerse para ser mejor
Lejos de notar la falta de práctica, Wunder ha entendido que la mejor manera de quemarse en temporada es la de dosificarse y aprovechar al máximo las scrims. Y la verdad es que mal no le ha ido: desde que llegó a G2 a finales de 2017 ha sido protagonista, siempre parte, de lo éxitos del club.
We’ll go 9-0 playoffs and straight to worlds #1 seed and no one will stop us
— Martin Hansen (@G2Wunder) August 9, 2020
Capaz de atreverse con todo, y con lo que ello conlleva, le hemos visto tocar todos los palos: splitpushers, tanks, bruisers, y supports como Soraka. Y en cada situación ha sabido dar al equipo lo que se necesita de él. Las últimas series que le hemos visto jugar ha tenido un papel mucho más protagonista, y ha respondido con creces.
Hundió a Finn en un quinto mapa con Shen, y dos días después estaba destrozando a Fnatic con Vladimir. Todo ello tras pasar, en 8 mapas, por 8 campeones diferentes. Muestra de más para entender la dimensión de este jugador y de lo desapercibido que pasa en muchas ocasiones.
No parece que Bin y PK vayan a ser los rivales que más le aprieten las tuercas, pero servirá para rodarse para verle más adelante contra tops de talla mundial. Entre los cuales, por supuesto, está Wunder.