Una segunda juventud
En el deporte tradicional se tacha de ‘viejo’ al jugador o jugadora que ya lleva una cierta cantidad de tiempo en competición o supera cierta edad. Normalmente una vez pasada la trentena es cuando la etiqueta comienza a cobrar efecto. Sin embargo, una nueva tendencia ha aparecido para aplacar esta costumbre. Una vez pasados los treinta, los profesionales combinan aspectos: nutrición y localización. Pasan a tener una alimentación muy estricta mientras emigran a una liga de menor exigencia. El resultado es una segunda juventud en la que el deportista obtiene un gran rendimiento y ‘renace’.
El fútbol moderno es el gran espejo de este fenómeno. Casos como el de Wayne Rooney o Zlatan Ibrahimovic proliferan en la MLS. Sin embargo, una vez más los deportes electrónicos demuestran que no son tan distantes de los tradicionales. Cada vez más jugadores veteranos buscan ligas con menor exigencia para volver a recuperar su mejor nivel. Un pequeño paso atrás para dar uno mucho más grande. Por ello, no cabe duda que actualmente el mayor exponente de este movimiento es Lee «Kuzan» Seong-hyeok.
Desde su debut en 2015 en Jin Air Greenwings, Kuzan ha mostrado signos de ser un gran jugador. Autosuficiente, capaz de no perder en la gran mayoría de ocasiones la línea y de mantener el impacto en la partida. Siempre ha sido un medio con una visión mucho más coleciva que no individualista. No obsante, eso no anula que también capaz de asumir el papel de carry. Siempre que sus equipos lo han necesitado su LeBlanc ha sido un as bajo la manga. En definitiva, uno de los pocos que merecen la etiqueta de ‘estable’.
La impermeabilidad del exjugador de Jin Air se consolidó a medida que su madurez crecía. Inicialmente con un rol mucho más protagonista en su primera temporada: de sus rotaciones debían salir las escaramuzas favorables. En parte para que Na «Pilot» Woo-Hyung pudiera escalar y llegar al juego tardío cómodamente. Lo que tardaba la organización dirigida por la aerolínea en extrapolar esas ventajas ya es otro tema. El sufrimiento de esas largas partidas de 40 minutos aún está en el recuerdo de muchos espectadores de la LCK.
En 2017, sin Park «Winged» Tae-jin y Yeo «TrAce» Chang-dong en la entidad tuvo que dar un paso al frente junto a No «SnowFlower» Hoi-jong. Kuzan tenía el importante papel de acomodar lo máximo posible a Eom «UmTi» Seong-hyeon en su proceso de adaptación a la élite. Además, el plan de partida era claro: jugar por y para Park «Teddy» Jin-seong, su diamante en bruto. En términos de títulos el medio no consiguió nada grande, pero a nivel individual volvió a dar muestras de su clase.
Sin embargo, el panorama para el coreano cambió en la octava temporada. Fichó por Hanwha Life Esports para formar una plantilla competitiva de 10 miembros. Era un fichaje de caché para un equipo que quería un equipo competitivo sin necesidad de estrellas. Sin embargo, Kim «Lava» Tae-hoon consiguió amoldearse a la LCK y se complementó a la perfección con Yoon «SeongHwan» Seong-hwan, lo que provocó que el destino de Kuzan cambiara. De ser supuestamente el titular, a tan solo jugar tres partidas en todo el año, un hecho que le perjudicó de lleno.
Después de anunciar su agencia libre, ES Sharks acudió al rescate del medio. El equipo de la Challengers Korea ofreció una titularidad fija a Kuzan que, vista la situación de la última temporada, no tardó nada en seducirle. A primera vista no parecía que la formación pudiera llegar excesivamente lejos. Con APK Prince como principal favorito parecía difícil. Una plantilla llena de veteranos como Son «Mickey» Young-min. Además, también cabía a destacar BBQ Olivers, dirigidos por Nick «LS» De Cesare y con Sebastian «Malice» Edholm como el primer jugador occidental de la historia que participa en una liga coreana.
Sin embargo, lo que parecía una carcel para el exjugador de Hanwha Life Esports, por el momento es un paraíso. El medio actualmente pasa por el que puede ser el mejor estado de forma de su carrera. Con el papel de líder total, Kuzan es el reponsable de que ES Sharks pelee por el primer puesto de la Challenger Korea. Asegura la presión, ofrece información, inicia y aporta daño. Todo un todoterreno.
Esta segunda juventud en términos de rendimiento se ve complementada con una madurez ejemplar en cuanto a carga de responsabilidades. El medio conduce a un conjunto que, salvando las diferencias, recuerda al SK Telecom T1 de finales de 2017. Un jungla descolocado por el mapa y calles laterales perdedoras. La superior resulta ser una excepción en el caso de tener un enfrentamiento favorable. Por ello, la madurez de Kuzan se revaloriza al disfrazarse de forma indirecta en el Lee «Faker» Sang-hyeok de la Challengers Korea.
Con un 73% de participación en asesinatos, ES Sharks tiene una dependencia clara del exjugador de Jin Air. Ni siquiera Kim «GuGer» Do-yeop, con un 67,2%, es capaz de alcanzar como apoyo la influencia de Kuzan. Además, también carga con el peso de Yun «Catch» Sang-ho, un jungla que una vez pasados los primeros compases de la partida pierde toda su influencia. Incluso el metajuego ha querido jugar en favor del medio: LeBlanc y Lissandra, sus dos personajes más destacados históricamente, son viables e importantes.
No obstante, el ‘seguro de vida’ que supone el excompañero de Lee «GBM» Chang-seok para ES Sharks no solo se traslada dentro de la Grieta del Invocador. En la fase de selección y bloqueo de campeones resulta esencial para poder ofrecer comodidad a Park «Jisu» Jin-cheol o a la calle inferior. Un factor muy importante cuando se trata de una plantilla con carencias importantes de abanico de campeones. Solo un miembro del equipo roza con nueve los diez personajes jugados. Casualmente, ese es Kuzan.
A pesar de las limitaciones visibles de ES Sharks, el medio está intratable en la Challengers Korea. Junto a Lee «KaKAO» Byung-kwon, precisamente otro jugador en la misma situación, lucha por el MVP de la competición. Puede que, como decía Picasso, el camino de una juventud lleve toda una vida. Pero por el momento, Kuzan aprovecha esta segunda que tiene en sus manos. Porque como le ha demostrado su paso por la LCK, nunca se sabe el giro que pueden dar las carreras. Ahora toca carpe diem.
Foto de cabecera captura propia vía señal OGN