Un quinto mapa para la desmemoria de Rogue
Este verano los roguetianos han pagado con el peso emocional de perder anteriormente su gran oportunidad para proclamarse campeón
La primera vez que Steven Liv «Hans Sama» peleó por la League of Legends European Championship (LEC) fue un 3 de septiembre de 2017. 18 años recién cumplidos y quería como regalo alzar el trofeo de campeón con Misfits Gaming. G2 Esports se lo impidió, pero para él llegar allí ya fue un premio: superó las malas sensaciones de una fase regular y llegó a sus primeros Worlds. Su sensacional primer año en la élite hacía creer que se comería el mundo, aunque finalmente no fue así. El francés tuvo que pasar por una sequía de tres años que acabó cuando fichó por Rogue en 2020. En su nuevo club volvió al Mundial y a una final de liga tres splits después de su llegada. Aquella serie del Spring Split la cargaba la fe de poder saldar con su deuda pendiente.
Distinta era la situación de Andrei Pascu «Odoamne«. A pesar de ser uno de los grandes veteranos de guerra del Viejo Continente todavía no había pisado una final de la LEC. «Si no lo consigo no tengo excusas» le confesaba a Laure Valée, periodista freelance especializada en esports, en una entrevista a inicios de año tras fichar por Rogue. Si bien es cierto que sus palabras estaban enfocadas a Worlds, estas eran perfectamente aplicables a su situación a nivel regional. Por eso el rumano, igual que el resto de sus compañeros de equipo salvo Hans Sama, encaraba la final del Spring Split con ilusión de la primera vez, porque literalmente ese era el caso. Sin embargo, las esperanzas se derrumbaron en un abrir y cerrar de ojos. MAD Lions le arrebató a los roguetianos el título de campeón de Europa en un quinto mapa que tenían en su mano.
Dejar de tener la sartén por el mango
La derrota de Rogue en la final del Spring Split fue otro de esos episodios donde las formas tuvieron más peso que el resultado final. Que MAD Lions consiguiera forzar el quinto mapa ponía los nervios a flor de piel, pero eso no significaba que el conjunto europeo dejara de tener control sobre la serie. Sobre el minuto 26 los roguetianos disponían de una ventaja de 7.000 de oro, dejando entrever que el trofeo de la LEC tenía un nuevo campeón. Sin embargo, la extraordinaria capacidad para pelear en grupo de los leones cambió el guion. El club español sólo necesitó tres teamfights buenas para remontar un futuro a priori negro. Superada la media hora una maravilla de İrfan Berk Tükek «Armut» con su reconocible Gnar tras amagar alrededor del Barón Nashor arrebató los sueños de todo un equipo que se veía como justo ganador.
Rogue tenía la sartén por el mango y MAD Lions se la arrebató con tres teamfights. El golpe psicológico fue importante: los jugadores pasaron de poder liberar su ‘saco’ de cargas personales a llenarlo todavía más con una final que pudieron ganar. Aquel jarro de agua fría instalado en el recuerdo del equipo sólo podía desaparecer ganando el Summer Split. Lo que no sabía nadie es que el destino sería caprichoso arrojando más crueldad dentro de la «dramática» situación del club. Los roguetianos volvieron a enfrentarse a los leones en playoffs en semifinales y la historia de la final del Spring Split se repitió. Hans Sama y compañía tuvieron en su mano el inicio de la remontada tras un 2-0 en contra, pero no saber cerrar el tercer mapa con las ventajas generadas ante un rival excelente en las peleas grupales les costó el billete al cuadro inferior.
El torbellino de sentimientos de Rogue
Recibir la medicina vivida en la final del Spring Split fue la sentencia de Rogue. El conjunto tenía en su propia mente a su mayor enemigo porque, como bien declaró Kacper Sloma «Inspired» posteriormente en una entrevista a Hotspawn, el equipo era incapaz de trasladar el rendimiento de las scrims a los playoffs. Que MAD Lions forzara al club a mantener vivas las esperanzas por el título de campeón contra Fnatic desembocó un torbellino de sentimientos dispares dentro de la escuadra. Mientras Hans Sama se mostraba muy crítico consigo mismo en la promoción de las semifinales del loser bracket, Inspired llamaba a la calma asegurando que el conjunto naranja era una versión empeorada de los leones. Todo ese remolino disipó la dominación mostrada en fase regular, poniendo punto y final a su verano con una derrota por 3-0 ante los británicos.
Los roguetianos acariciaron el trofeo de la LEC con sus manos y ese mismo hecho fue el que provocó que su recorrido hacia él se convirtiera en una cuesta arriba. La derrota es caprichosa: por un lado fuerza el olvido colectivo de los méritos del perdedor, pero se queda anclada en el recuerdo de los que sufren la caída. Agarrado como un clavo ardiendo en la mente del conjunto, la reminiscencia de ese quinto mapa perdido en la final del Spring Split le costó cara al equipo de cara a una posible reversión de la situación en verano. Jugadores como el propio Marek Brázda «Humanoid» consideraban a Rogue como la gran amenaza de cara al Summer Split, pero ese bloqueo mental hizo desaparecer a una entidad que había demostrado ser capaz de enseñar mucho más. Ahora el reto está en recuperar la confianza perdida de cara Worlds.