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Team Heretics es la pesadilla del rey

Joan Cebrián

Foto vía LVP

Como es lógico, a lo largo de las últimas semanas Team Heretics ha sido noticia por su llegada a la League of Legends European Championship (LEC). El mismo año que ha llegado a la Superliga ha anunciado su aterrizaje en la máxima competición europea, donde muchos clubes pelean por estar. Sin embargo, plantarse en la representación de la élite en el Viejo Continente perdía literatura sin un título en los brazos. Al fin y al cabo, el dinero no puede igualar la pureza de una sonrisa o unas lágrimas derrochadas tras conseguir aquello tan ansiado. Los herejes han llenado de emotividad su historia superando por 3-1 a Giants Gaming en la gran final celebrada en el Recinto Ferial IFEMA Madrid.

Team Heretics ha construido su primer capítulo de gloria dentro de League of Legends de la forma más cruel, es decir, matando al rey. Porque Giants no deja de ser la organización más laureada en lo que se refiere a la Superliga. La final que los gigantes perdieron el verano de 2018 ante MAD Lions era la excepción que confirmaba la idiosincrasia del club: que si juega una final es para ganarla. La tensión era mayor dentro de una rivalidad que trasciende el ámbito deportivo y el MOBA de Riot Games. Hablar de los gigantes y los herejes es poner sobre la mesa a dos de las potencias de los deportes electrónicos españoles. Y con todas las noticias positivas que le rodean, en el tramo más importante Heretics se ha puesto el mejor de sus trajes para masacrar a los malagueños con dos veces dos semanas.

Team Heretics combina destreza con sufrimiento

«Hoy vamos a cambiar muchas cosas» avanzaba Antonio Espinosa «Th3Antonio«, top de Giants, horas antes de la final. Técnicamente fue así, aunque las novedades también implicaron que los malagueños fueran atacados constantemnte por la calle superior. Marcin Lebuda «iBo» consiguió puso el enfrentamiento de Gangplank contra Gnar a favor de su pirata y Team Heretics no dudó en aprovechar esa oportunidad para generar un efecto de bola de nieve. Heretics se impuso por todo el mapa y dejó sin espacio a los gigantes, que intentaban hacer cazadas a través de Daniele di Mauro «Jiizuke«. Con los principales carries por delante, los herejes fueron rápidos poniendo el 1-0 en el marcador con una partida que no llegó a la media hora.

Toda la destreza del primer mapa se convirtió en sufrimiento para Team Heretics en el segundo. Giants se adelantó en el marcador de asesinatos pero en esta ocasión sí fue dominante en los compases iniciales. Th3Antonio devolvió el mal trago del primer mapa en una buena actuación con Poppy para aferrarse a su quinto título nacional. Subicz Dániel «Bluezor» era el pilar que mantenía a Heretics y una decisión arriesgada de los gigantes habilitó la remontada. Al filo de la media hora los gigantes intentaron hacerse el Barón Nashor, pero el húngaro realizó una precisa iniciación con Wukong que evitó que el objetivo cayera a manos del cuadro malagueño.

Por si fuera poco, la épica de la segunda partida no sólo se limitó a la jugada clave en la zona del Barón Nashor. Heretics insistió en presionar la base de Giants, pero el conjunto malagueño se resistía. A medida que pasaban los minutos, Jiizuke brillaba más con Ondas de Choque de Orianna trascendentales, impidiendo el 2-0 de los herejes. Sin embargo, todo eso no fue suficiente. Lo que inicialmente parecía una situación de desventaja para los herejes acabó en un backdoor que los gigantes no pudieron defender. 

Giants se aferra a los clásicos

El rey estaba en un momento crítico, pero entre la espada y la pared tiró de los recursos que tanto le habían funcionado a lo largo de la historia. Giants se hizo con Tristana para Tim Willers «Keduii» y planteó la tercera partida a su alrededor. Con el dúo Vi-Taliyah como un auténtico incordio, el club con más Superligas destinó todos los recursos posibles a su tirador. Si los apodos no aparecieran en la Grieta del Invocador, cualquiera podía creer que quien estaba en IFEMA era Amadeu Carvalho «Attila», el histórico ADC del conjunto malagueño que ahora recala en X7 Esports. Team Heretics fue arrollado por sus rivales, que generaron la mayor ventaja de oro de toda la serie.

De cara al cuarto y último mapa, el clásico pasó del uso de Tristana al de Cho’Gath para Th3Antonio. Giants se impuso en los primeros compases, pero Team Heretics volvió a ser superior con escaramuza por el Heraldo de la Grieta del Invocador. La presión de la Neeko de Jiizuke durante los primeros niveles no tradujo en resultados positivos para los gigantes. Fue lo contario: dieron al Aphelios de Jakob Gullvag «Jackspektra» todo el tiempo necesario para recoger oro a través de las placas de las torres. Posteriormente el tirador demostró por qué estuvo cerca de llegar a la LEC el último mercado de fichajes y bluezor se reafirmó con su mejor rendimiento.

El «sí se puede» de los aficionados de Giants quedó silenciado por las trompetas de los seguidores de Team Heretics. Los gigantes se encerraron en sus estructuras para ganar el máximo tiempo posible para Zeri y cazaron a sus rivales, pero Jackspektra fue un héroe con tres asesinatos clave que habilitaron el Barón Nashor. Ya con el objetivo neutral los malagueños se vieron encerrados en su base. Daba igual que Jiizuke intentara atrevidos flancos con Neeko: Heretics tenía el título en su mano y no desaprovechó la oportunidad para hacer historia.

Team Heretics se ha convertido en la pesadilla del rey de League of Legends nacional. Dejando de lado el recorrido en otros títulos como Call of Duty, ahora Giants tendrá como mínimo siete meses duros por delante. Durante todo ese tiempo deberá levantarse sin el trono de vigente campeón al mismo tiempo que verá cómo esa ansiada llegada a la LEC la disfrutarán los herejes y no Málaga. Ahora el reto de Heretics es trasladar la lógica de llegar a la máxima competición europea con otro título más allá que el de la Superliga: el de campeón del European Masters (EU Masters). Curiosamente, otros clubes como Karmine Corp estarán en la misma posición que el conjunto malagueño, con el añadido de ni siquiera ir al torneo.

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