El síndrome Fernando Santos
El debut de Rhuckz en Worlds demuestra que, en el caso del apoyo, la LEC es tan conservadora como el seleccionador portugués
Una lección de la pandemia es que un caso cercano de COVID-19 puede cambiar todo de la noche a la mañana. A pesar de estar alejados de la situación más crítica donde sin vacunación sí que existían muchos más riesgos sanitarios, dos años después el coronavirus sigue marcando la agenda. Un positivo del apoyo de Fnatic, Zdravets Galabov «Hylissang«, hizo que la organización británica llamara al support su academia, Rubén Barbosa «Rhuckz«, para jugar en los Worlds. Mientras el público internacional estaba a la espera sin saber realmente lo que se encontrarían, los seguidores de la Superliga ansiaban el debut del «Capitán». Tener una sola buena partida suponía poder reafirmar el «os lo dijimos» al ecosistema de la League of Legends European Championship (LEC), pasando desde los aficionados más casuales hasta los profesionales que forman parte de la liga.
Lo de Rhuckz en Worlds fue una actuación al puro estilo Bnet: «Hay que ser muy bueno para sonar como él sobre el beat. Pero hay que ser un genio para sonar mejor que el resto y que aun así no te importe. Llegar, actuar, deslumbrar, marcharse«, que escribía el periodista Marcel Beltrán. Él llegó de sus vacaciones de Cádiz, cogió un vuelo de 20 horas sin tener demasiado margen de tiempo, jugó un poco en solo queue teniendo unas condiciones poco deseables teniendo en cuenta que está en el torneo más importante de League of Legends y decidió comerse al considerado mejor apoyo de la League of Legends Championship Series (LCS). Quizás en algunos casos llega más temprano que tarde, pero el talento muchas veces no entiende de contextos. Aparece y deslumbra, sin más.
¿Que el metajuego ha favorecido hasta ahora los magos como apoyos en la calle inferior? Pues dos iniciadores primarios para abrir la lata. ¿Que Elias Lipp «Upset» y Hylissang destacan por ser el dúo más dominador en Europa junto al de Rogue? Pues aumento de ritmo sobre la mesa para girar un enfrentamiento desfavorable e intentar hacer olvidar al búlgaro. El debut internacional de Rhuckz fue un despliegue tanto mecánico como táctico, ya que el partido ante Evil Geniuses no fue ni más ni menos que una dominación. Sin embargo, ese primer partido deseado por tantos jugadores fue un pequeño parche a una herida abierta: la falta de confianza en la LEC por el apoyo.
Rhuckz llama a la puerta de la LEC desde su etapa como jugador de Movistar Riders. En cambio, la máxima competición europea lo único que ha hecho es cerrársela.
En lo que a League of Legends se refiere, Portugal vive una situación completamente diferente a la que tiene en el deporte rey. Sobre el césped es una máquina de producir talento, pero en el MOBA de Riot Games no es lo mismo. En el sistema de las ligas regionales europeas (ERL) cuenta con buenos jugadores, pero no tiene una base tan potente como la de otros países como Suecia, Alemania, Polonia o Dinamarca. La situación mejora levemente en los banquillos. De todas maneras, hasta ahora el único faro de referencia con apariciones a nivel internacional era el actualmente tirador de X7 Esports, Amadeu Carvalho «Attila«.
Rhuckz llama a la puerta de la LEC desde su etapa como jugador de Movistar Riders. En cambio, la máxima competición europea lo único que ha hecho es cerrársela. El propio jugador lo explicaba en una entrevista a Manuel Martínez «Cabramaravilla«, excomentarista de la Liga de Videojuegos Profesional (LVP): nadie le daba ni siquiera una oportunidad para hacer pruebas, lo que conocemos como tryouts. Desgraciadamente, Portugal conoce muy bien ese conservadurismo -que incluso podría tacharse de tozudez- gracias al seleccionador portugués, Fernando Santos.
Perder en Lisboa una Eurocopa que daban por ganada en 2004 ante Grecia supuso un trauma inolvidable para Portugal. El país no pudo culminar su «generación dorada» con un título y tuvo que esperar hasta 2016 para poder redimirse precisamente en el mismo torneo. El rival era Francia y le tocaba asumir el papel de «Cenicienta» que hace 18 años la destronó. Santos coordinó esa selección inesperadamente campeona con un gol de Éder en la prórroga y sin Cristiano Ronaldo en el césped. El éxito de aquella selección portuguesa es innegable, pero con el cambio de contexto el seleccionador es el centro de las críticas.
Actualmente Portugal cuenta con otra de las mayores generaciones de talento de su historia y Fernando Santos es cuestionado por no aprovecharla. Los aficionados se preguntan por qué su seleccionador no arriesga teniendo figuras como las de Rafael Leão o João Félix. El debut de Rhuckz en Worlds ha expuesto que el ecosistema de la LEC sufre el mismo síndrome que Santos: tiene miedo a sacudir todos los estamentos teniendo a su disposición el talento. Ni siquiera el jugador es pretencioso con la demanda de un contrato de dos o tres años teniendo 26 años. Tampoco los aficionados y expertos que le conocen de primera mano. Dejando de lado el debate cíclico de la edad en los deportes electrónicos, la valentía de darle una oportunidad es la única exigencia. La alegría de la aparición en el Mundial contrasta con la dureza del «cómo».