El deporte es injusto de base. Asumimos las reglas del juego que supone competir y nos adentramos en él con una premisa: sólo hay un ganador. Él no entiende por sí solo de contextos o situaciones, simplemente de una medalla de oro, una de plata y otra de bronce. A la plata cuesta mirarla más todavía a la cara tras estar tan cerca de la gloria. Aunque en la élite la meta siempre es ganar, los espectadores y los propios profesionales son los que le dan sentido a la palabra «injusticia». Tienen en cuenta esa historia que hay detrás y que da sentido a la escuela de vida que pueden llegar a ser esas competiciones. Si queda todavía alguna duda, que se lo pregunten a RED Canids tras este Mid-Season Invitational (MSI).
Muchos actores de las regiones menores de League of Legends han entendido a lo largo del último lustro que la mejor manera de mirarse a la cara con las cuatro mayores es con la inversión de dinero. Fichar por nombre y no por perfil, apostar por cortoplacismo en lugar del largo plazo teniendo en cuenta que a ojos del resto del mundo no hay nada que perder. Uno de los grandes ejemplos de este «quiero pero no puedo» era Brasil. No tanto por el aspecto económico de los fichajes, pero sí por todo el relato que se generaba a su alrededor. Tras 2016 dentro de la Grieta del Invocador el planeta poco ha podido de aquella región que tanto prometía por la pasión que generaba.
La nueva irrupción de RED Canids en 2021 era una alegría dentro de una región castigada por los malos resultados internacionales. En la carrera de ver qué región menor se codearía antes por la élite, Canids llegó a su ritmo. De hacer una fase regular decente a explotar en playoffs principalmente al gran entendimiento de tres de sus jugadores que anteriormente se forjaron juntos en la Academia del Club. La inversión del conjunto brasileño fue hacia la formación y con su penúltimo título de campeón de la CBLoL obtuvo la recompensa anticipadamente. Los últimos Worlds eran un contexto tan idóneo para aprender como precipitado para conseguir un éxito para la región.
El momento ideal para recoger los resultados de las semillas plantadas anteriormente era este MSI. La ilusión llegó con una victoria inicial sobre un PSG Talon que no estaba en su mejor versión, pero la organización pagó caro perder contra Instanbul Wildcats. Hizo soñar con Royal Never Give Up, pero no fue suficiente para tumbar al vigente campeón del MSI. 2-4 y de vuelta a Brasil ante el 3-3 del PSG. Independientemente de los resultados, RED Canids mostraba siempre una identidad firme. Para qué querer escribir rápido y mal un libro entero pudiendo escribir un pequeño relato poco a poco pero con buena letra. Canids no suponía una gran revolución dentro de la Grieta del Invocador pero sí un ejemplo de lo importante que es ir paso a paso para hacer las cosas bien.
De ahí que lo de RED Canids en este MSI haya sido una injusticia. Ver al conjunto brasileño como campeón del torneo era una situación casi surrealista de ver, pero su trabajo previo y lo mostrado en la Grieta del Invocador dejan con un sabor amargo. Poca recompensa para su buen hacer en un momento y un sector donde ante todo se premia la inmediatez. Decía Sócrates da Souza que no hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden. A Canids le faltó esa victoria para precisamente pasar a la posteridad como el futbolista, porque habría sido una alegría nacional y un resurgir después de tantos años en una sombra tan mediática. Ahora al club sólo le queda aceptar la injusticia, tragar el veneno y trabajar para que al final todo se equilibre.