Las cosas en los esports están cambiando, como no podía ser de otra forma con la situación mundial. Y es que tras años en los que las organizaciones sobre todo norteamericanas han estado invirtiendo mucho dinero en hacer sus plantillas y llevar a cabo sus proyectos, esta inversión cae en picado. Los problemas en la economía con las caídas de algunos bancos o los NFT han hecho que muchas organizaciones pierdan sus patrocinios, y por tanto su principal fuente de poder. Es el caso de TSM.
La organización norteamericana es, probablemente, el club más querido y seguido de la escena de League of Legends desde hace mucho tiempo. En los primeros años de la LCS, se formó un «trío» de clubes que peleaban por todo como eran el propio TSM, CLG y Cloud9 -con respeto de Team Liquid, por ejemplo-. Sin embargo, de esos tres clubes solo queda ya Cloud9. TSM deja su plaza en la LCS para dar entrada a Shopify Rebellion.
TSM se despide tras once años en la cima
Si ha habido una organización que ha podido pelear en fanbase con SKT, Fnatic y compañía, esa ha sido Team Solomid. Un club dirigido por Reginald y con su cuota de problemas dentro del equipo, pero que ha estado en los esports desde el año 2011. Un equipo que estuvo en el primer Mundial de la historia junto a Fnatic o CLG, y que ahora pasa a un segundo plano, sobre todo en League of Legends.
Como decimos, once años de historias y siete títulos continentales que hacen de ellos una de las organizaciones más laureadas de toda la región o incluso una IEM S9 World Cup en la que vencieron a Team WE, CJ Entus o Flash Wolves.
Un club por el que han pasado los jugadores más importantes en la historia de Norteamérica, y algunos de fuera, incluso. Desde los Bjergsen (leyenda del club), Dyrus, WiltTurtle, Yellowstar, Doublelift, Mithy, Zven o Spica, SwordArt, PowerOfEvil, Huni y Maple. Se despiden ahora, como decíamos, tras «malgastar» mucho dinero en plantillas que no le permitieron salir de la situación en la que se encontraban, y por tanto no rentabilizar el dinero metido. Una LCS que gana una organización ahora mismo fuerte, pero que pierde una pieza clave dentro de la historia de los deportes electrónicos.
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