La mirada de Seb a Mia
Impact no sabe lo que es competir en el MSI sin mirar a los ojos a Faker y T1 como los dos protagonistas de La La Land en la escena final
Si los deportes fueran físicamente una ciudad en concreto, desde luego que esa no sería Madrid. No porque la capital de España no tenga una larga tradición deportiva, incluidos los esports, sino porque en pocos ámbitos la ley del «ex» está tan instaurada. Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid, afirmaba en un acto de la campaña electoral de las elecciones de la Comunidad del 4 de mayo que la capital «puedes cambiar de pareja y no volver a encontrártela nunca más. Una libertad que no ocurre en todas partes». Técnicamente tiene razón y en Jeong Eon-young «Impact» hay un ejemplo. El actualmente top de Evil Geniuses ha competido en numerosas ocasiones contra T1, el club con el que se proclamó campeón del mundo en 2013, pero no sabe lo que es disputar un Mid-Season Invitational (MSI) sin ver a su exequipo.
Impact no es ajeno a pelear contra su exequipo. Como jugador de Cloud9 le tocó hacerlo durante dos años seguidos -2016 y 2017- en los Campeonatos Mundiales. Justo cuando T1 formaba un legado único en la historia de League of Legends y posteriormente peleaba por mantenerlo intacto. Precisamente cuando el top era uno de los argumentos por los que C9 había normalizado salvar a América del Norte del ridículo a nivel internacional. Muy caprichoso fue el destino haciendo la organización estadounidense consiguiera el mejor resultado internacional de la League of Legends Championship Series (LCS) en 2018, sin el conjunto surcoreano presente en un Mundial jugado en su propia casa y el top tragando veneno en Team Liquid durante la fase de grupos.
Queda patente que el escenario de los deportes electrónicos no son ni mucho menos Madrid. En cambio, sí podrían ser La Ciudad de las Estrellas, es decir, San Francisco. Dos partes forjaron un vínculo amoroso fuerte para apoyarse y llegar al éxito en el mismo contexto en el que también lo tuvieron que deshacer para poder seguir el camino que ambos deseaban. La La Land (2016) sirve como metáfora de la relación de Impact y T1: los dos se querían pero, tras un bache importante en la relación, decidieron ir por su lado sin rencor mutuo para priorizar su deseo. El club surcoreano demandaba el máximo rendimiento porque quería el legado con el que ahora cuenta. En cambio, el top prefería probarse en occidente con mejores recompensas económicas y más oportunidades para brillar en un ecosistema menos exigente.
Reforjar su leyenda en un lugar muy concreto tras una etapa de estrellato mundial para traspasar fronteras desde su club de jazz. No estar en la conversación del mainstream general pero sí en la boca de todos los expertos.
T1 optó por el camino de Mia, más enfocado al éxito internacional, mientras Impact -que tampoco renegaba de brillar cuando llegaba a un Mundial- eligió el camino de Seb. Reforjar su leyenda en un lugar muy concreto tras una etapa de estrellato mundial para traspasar fronteras desde su club de jazz. No estar en la conversación del mainstream general pero sí en la boca de todos los expertos. Ir haciendo hasta que llegan los momentos importantes en los playoffs y los torneos internacionales para reivindicar quién es uno de los verdaderos talentos inspiradores. Para el top el MSI significa recrear la escena final de La La Land: no sabe competir en el campeonato sin T1 presente. Ambas partes siempre se lanzan la mirada de los que saben que disfrutaron pero no pueden dar marcha atrás.
Además, todas las apariciones de Impact en el MSI son a partir de 2019, lo que replica la escena de «lo que podríamos haber sido» que La La Land muestra con Seb y Mia. El top tuvo sobre la mesa una oferta de T1 para volver a Corea del Sur de cara a 2018. Una propuesta que, de aceptarla, podría haber cambiado radicalmente la historia que conocemos hasta ahora. Tanto por el lado de la competición surcoreana como por el del norteamericano. Sin embargo, para miembro de Evil Geniuses no tenía sentido empezar de nuevo la relación sin tener su Seb’s construido. «Sentí que no ganar la LCS norteamericana y luego volver habría sido raro» llegó a afirmar el propio jugador para Dexerto.
También están las informaciones que aseguran que el motivo por el que decidió no regresar fue la demanda de un salario alto. O también el querer evitar la exigencia que implica el club de la League of Legends Championship Korea (LCK). Sea como fuera, finalmente Impact optó por mirar a T1 como Seb a Mia. Desde la admiración y el deseo de que Lee Sang-hyeok «Faker» siga haciendo historia para tener un faro en el que reflejarse, pero manteniendo la distancia como el que sabe que está en la posición que siempre había soñado. Para él cada MSI significa recrear esa reunión en el Seb’s con la curiosidad de ser quien ha llegado más lejos en el último reencuentro. El deseo y el amor son caprichosos, algo que les hace encajar a la perfección con la lógica del deporte.