Definir Sant Jordi como «especial» es un gesto poco generoso, pues la literatura y la tradición se unen para dar paso al día más bonito que se puede vivir en Cataluña. Ver lugares populares como el Passeig de Gràcia abarrotados de paradas con libros para todos los gustos es un placer para cualquier lector. La elegancia de cada pétalo rojo de las rosas consigue que incluso las calles de l’Eixample dejen de ser exactamente iguales durante unas horas. En definitiva, un verdadero orgasmo sensorial. Todo porque, como bien se ha explicado tradicionalmente, un caballero derrotó a un dragón en una feroz batalla. Un hecho muchos siglos después Lee Sang-hyeok «Faker» replicó a su manera en la Grieta del Invocador. Sin tener constancia de la importancia de esta fiesta ni de lo que supondría para su futuro como profesional.
Un contexto totalmente distinto
El talento del por entonces jovencísimo jugador no podía esperar a un 23 de abril. Faker era el gran deseado por parte de todas organizaciones de la League of Legends Championship Korea (LCK) -en aquel momento conocida como OLYMPUS Champions- por su absurda dominación en el solo queue surcoreano. T1, cuyo principal equipo en 2013 era el SK Telecom T1 S liderado por Bok Han-gyu «Reapered«, fue la organización más pilla de todas. Imitó lo que sus rivales hicieron anteriormente: crear un segundo equipo para la misma competición. El conjunto representaría al mismo club con el mismo nombre junto a la letra ‘K’. Su peculiaridad era que, en vez de estar formado por profesionales ya establecidos en la escena, tenía como integrantes a novatos. Concretamente mejores prodigios del servidor de League of Legends de Corea del Sur en cada posición.
A pesar de que se podía llegar a entrever su gran calidad individual, en la tercera temporada la OLYMPUS Champions ya contaba con sus gigantes particulares. CJ Entus Blaze era junto a MVP Ozone el gran rival a batir dentro de la Grieta del Invocador. Sin embargo, a diferencia de un MVP que todavía no había vivido el auge de Bae Eo-jin «dade«, CJ sí contaba con el mejor jugador del mundo. Kang Chan-yong «Ambition» era el dragón al que todos los integrantes de la liga temían. Cada vez que pisaba la Grieta del Invocador rugía y hacía arder a sus enemigos. Además, ni se inmutaba. Una vez dominaba la calle central y por ende la partida, Ambition abandonaba los encuentros con una sonrisa pícara y un silencio que hablaba por sí solo.
El origen de la leyenda de Faker
No obstante, el coreano de 16 años se encargó de cambiar el rumbo de la historia un 6 de abril de 2013. SK Telecom T1 K tenía un encuentro ante el temible CJ Entus Blaze de Ambition. Lejos de asustarse, Faker se armó con la misma valentía con la que Sant Jordi se armó para enfrentarse a los dragones de la Edad Media. El mejor jugador del mundo sólo hizo un paso en falso, pero ese gesto ya fue suficiente para el jovencísimo y apuesto miembro de SKT. El medio clavó su espada en forma de lanza de Nidalee al integrante de CJ Entus mientras evolucionaba sus habilidades de Kha’Zix. El temible dragón de la Grieta del Invocador había sido asesinato individualmente en la calle central. Había escrito un nuevo capítulo en la historia.
De la sangre del asesinato a Ambition nació una rosa que dio paso al origen de la leyenda del «Rey Demonio». Esos pétalos rojos que Faker regaló a T1 en forma de victoria por 2-0 significaron el nacimiento del Sant Jordi particular de los deportes electrónicos. Supuso el inicio a la historia de la figura más importante de la historia de los deportes electrónicos y la del mejor club de todos los tiempos. Como bien hizo aquel apuesto caballero siglos atrás, el medio marcó un acontecimiento esencial para entender League of Legends. Posteriormente otros acontecimientos cargarían con más simbolismo su gesta. De hecho, al propio 23 de abril le sucedió con la coincidencia de la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, algo que provocó la coincidencia del Día de la Literatura con la Feria de la Rosa. Ahora ambas nos regalan uno de los paisajes más bonitos que Barcelona nos puede ofrecer. Y los deportes electrónicos, que no son ajenos a la realidad, siguieron un camino similar para darnos uno de los relatos más bellos dentro de esta peculiar pero cautivadora cultura digital.