Damwon arrasa a DRX para ganar la LCK y ser su principal amenaza
Damwon Gaming (DWG) ha arrasado a DRX por 3-0 para ganar el título de campeón de la League of Legends Championship Korea (LCK). Por primera vez en dos años Corea del Sur vuelve a tener un campeón a nivel nacional que no es T1. Sin embargo, la alegría para los seguidores de la región no se estanca en la diversidad. Damwon ha demostrado mediante su nivel estar a la altura de Top Esports o JD Gaming, algo que ofrece algunas esperanzas a la región para recuperar su hegemonía internacional en los próximos Campeonatos Mundiales.
La final de la LCK era un lugar en el que los equipos más allá de luchar contra su respectivo rival también lo hacían contra el olvido que Joaquín Sabina tanto temía. El subcampeón quedaría relegado de la historia de la región, ya que los perdedores nunca son recordados. En cambio por la otra parte el ganador de la competición podía padecer lo mismo internacionalmente en función de su rendimiento. Con un billete hacia los Worlds en juego, Damwon Gaming ignoró el arma de doble filo que es el formato de «rey de la colina» de los playoffs e hizo de la final su noche de boda particular.
La metamorfosis de la dominación de Damwon
Los pupilos de Lee Jae-min «Zefa» dominaron en todo momento la serie como quisieron. De hecho, lejos de empezar con su revolucionado ritmo, Damwon apostó por una composición de peleas grupales para hacer frente al 1-3-1 de DRX. Los líderes de la fase regular consiguieron que el mapa inicial fuera a su ritmo ya que hasta el minuto 20 no comenzó a llegar la acción, algo que le aseguró un escalado en condiciones. Una gran iniciación de Jang Ha-gwon «Nuguri» con la habilidad definitiva de Ornn dividió en dos a DragonX, algo esencial para asegurar el dragón de océano y asesinatos para la Caitlyn de Jang Yong-jun «Ghost». Una vez DWG obtuvo esta ventaja fue imparable. Por mucho que Choi Hyeon-joon «Doran» intentara pillar por sorpresa a sus contrincantes el control de la visión y de los recursos era total.
En la segunda partida DRX volvió a apostar por el 1-3-1 pero aceleró el encuentro en los primeros minutos. Un asesinato doble de Jeong Ji-hoon «Chovy» con Jayce en el arranque dio esperanzas al equipo coreano, pero Damwon revertió la situación. Tras sufrir contra las invasiones de Hong Chang-hyeon «Pyosik«, Kim Geon-bu «Canyon» dio las llaves del mapa al Renekton de Nuguri al ponerle por delante en términos de oro y asesinatos. Fue el top el que solucionó las escaramuzas erróneas de sus compañeros tras una larga pausa del enfrentamiento, algo esencial para poder conseguir posteriormente el Barón Nashor y el Alma del Dragón de Océano. Por mucho que Chovy peleó hasta el último momento, no pudo aguantar por sí solo toda la desventaja que su club sufría.
El espectáculo de ShowMaker
El mejor jugador de la temporada no podía jugar una final sin ofrecer su espectáculo final. Heo Su «ShowMaker» sacó a relucir su Akali en la última partida de la final y demostró su maestría con la campeona. Pasado el cuarto de hora el medio destrozó a DRX prácticamente solo al robar con un ataque básico el Dragón Infernal y finalizar la jugada con un asesinato cuádruple. La desventaja de oro era demasiado grande y junto al bufo del Barón Nashor que Damwon obtuvo los miembros de DragonX se veían cada vez más ahogados. Chovy era una vez más el único que dificultaba la situación a DWG. En cuanto Kim Hyuk-kyu «Deft» y compañía dejaron su nexo al descubierto, Nuguri se teletransportó a la base rival gracias a los súbditos presentes para poner el 3-0 final en el marcador.
Damwon Gaming se ha proclamado campeón de la LCK con una de las mayores dominaciones vistas en la historia reciente de la región. Este título le sirve al equipo para acudir por segunda vez consecutiva a los Campeonatos Mundiales, torneo al que esta vez irán como potencia principal de Corea del Sur. El objetivo del club será destronar a la League of Legends Pro League (LPL) de la dominación internacional, especialmente a Top Espots y JD Gaming. Sin embargo, por ahora el equipo puede celebrar con calma su noche de boda particular entre pasteles y la alegría de ganar una liga por primera vez en la historia.