Treatz es el Azpilicueta de la LEC
El tipo de persona que desprende envidia sana
«Ojalá de día la actitud Azpilicueta, un halo sano y contagioso que hace mejores a los que lo rodean; y de noche el espacio en nuestro refugio, la paz individual en la duermevela». Enrique Ballester, columnista en El Periódico, le dedicó hace unas semanas una columna a César Azpilicueta, futbolista del Chelsea. En ella básicamente elogiaba la actitud del navarro. Describía al futbolista como ese tipo de personas que son capaces de «decir y hacer justo lo que pensaban decir y hacer la noche anterior». Y reflexionándolo en frío, en la League of Legends European Championship (LEC) esa figura es la de Erik Wéssen «Treatz«.
Ayer SK Gaming -ese mismo equipo al que al inicio de la temporada ya dábamos con lógica por muerto- dio la sorpresa ante Fnatic. El conjunto alemán dio la cara y consiguió una victoria esencial para mantenerse vivo en la lucha por la última plaza de playoffs del Summer Split. Personalmente no tengo muy claro que la organización la vaya a conseguir, todo sea dicho. Sin embargo, ver cómo se mantiene viva tras semanas convulsas por decisiones cuestionables es una buena noticia. Quizás no tanto por la entidad como tal, pues cuenta con aspectos que todavía dejan que desear, pero sí por Treatz.
Partamos de la base de que, siendo el rookie del Spring Split y uno de los tres mejores apoyos de toda la competición, Treatz decidió pasar a ser jungla por el bien de su equipo. Priorizó el bien colectivo por encima del individual, algo a lo que sinceramente no estoy tan acostumbrado a ver como creo que debería. Que luego SK Gaming decidiera hacer que Jesse Le «Jesiz» volviera a la Grieta del Invocador para luego devolverle a su rol original y sustituirle por Philipp Samuel Englert «Lilipp» ya es otra cosa. Y ya no sólo es esto, si no que el reconocimiento le llegó después de ser extremadamente paciente en TSM. Primero por el tiempo que estuvo en la Academia y luego por cómo asumió con deportividad el ser sustituido por Vincent Wang «Biofrost«. Todo esto en un club que precisamente no destaca por hacer poco ruido.
Con Treatz me ocurre como a Ballester con Azpilicueta: «lo admiro desde la oposición, porque en realidad es todo lo que yo nunca fui, y no soy, y ya no cambiaremos«. Lo suyo tiene especial mérito porque, en un sector donde todavía se sigue premiando el crear hype hasta por toser, él simplemente se limita a actuar. El sueco da la impresión de observar, analizar y ejercer acciones sin tener que alzar la voz cuando no toca. Siempre con buen y mal perder. Quizás todo esto es una paranoia personal, pero el apoyo de SK Gaming desprende todas estas sensaciones que desprenden envidia sana. Un ‘cabrón’ de arriba a abajo en el buen sentido de la palabra. Si en el fondo resulta que estoy equivocado no pasa nada, al ser una columna no hay ningún buen titular que arruine la verdad.