“Yo no concibo el fútbol sin protagonismo. Tengo una atracción exagerada por la victoria y el protagonismo es el mejor camino para acercarse a ella” decía Marcelo Bielsa. De ahí se entiende que en la temporada 2011-2012, en plena coincidencia con el FC Barcelona de Pep Guardiola, el Athletic Club también deslumbrara Europa entera bajo las órdenes del “loco”. Las ganas de querer tener el balón provocaron un buen juego que hizo que los focos apuntaran hacia la ciudad de Bilbao. ¿Quién les hubiera dicho a los leones años atrás que ganarían en un épico 2-3 al Manchester United en Old Trafford? Era inimaginable. La magia que invadió “el teatro de los sueños” se podía sentir en lugares como el Paseo del Arenal o la calle Licenciado Poza.
Sin embargo, al Athletic de Bielsa le faltó una última victoria. Concretamente la de un miércoles 9 de mayo de 2012. El Atlético de Madrid le arrebató la UEFA Europa League al conjunto vasco en Bucarest con un frío 3-0 en la final. Paradójicamente el equipo dirigido por aquel argentino tan peculiar -el que ansiaba tanto el protagonismo con tal de ganar- acabó en un segundo plano. Radamel Falcao fue el culpable de ello tras marcar a Gorka Iraizoz dos goles espectaculares. Royal Never Give Up, Fnatic y SK Telecom T1 conocen muy bien esa sensación. Tras atraer al público con sus actuaciones se quedaron a un paso de levantar la Copa de los Invocadores al perder sus respectivas finales. En estos Campeonatos Mundiales, el azar ha sido caprichoso y les ha reunido en el grupo C.
Cuestión de no rendirse
Royal Never Give Up conoce mejor que nadie los subcampeonatos a nivel internacional dentro de League of Legends. Eran otros tiempos, al famoso “Never Give Up” de la actualidad le substituía un simple “Club” y a la palabra Royal le predecía un “Star Horn”. No obstante, a pesar del paso de los años, el dolor de la derrota es el mismo. No fueron una, sino dos veces las que la organización tuvo que conformarse con el sabor de la medalla de plata. Además, para su colmo, ambos segundos puestos fueron consecutivos.
Lo que no ha cambiado a lo largo de las temporadas es el protagonismo de Jian «Uzi» Zi-Hao. Con tan solo 16 años el tirador lideró a su equipo hacia la gran final de los Campeonatos Mundiales de 2013, celebrada en el Staples Center, Los Ángeles. En su primera participación internacional, el chino deleitó al mundo entero con su destreza con Vayne y su estilo agresivo. Con estos dos rasgos como principal baza eliminaron a Oh My God en cuartos de final y a Fnatic en semifinales. Sin embargo, la historia cambió contra SK Telecom T1 en el pabellón de Lakers.
Por mucho que Uzi demostrara su valía, no tuvo opciones contra SKT. El conjunto coreano mostró ser superior en absolutamente todos los sentidos. Bae «Bengi» Seong-woong controlaba la Grieta del Invocador, Jung «Impact» Eon-yeong jugaba con absoluta comodidad alrededor de las calles laterales y Lee «Faker» Sang-hyeok engrandecía su figura con Gragas al ser prácticamente omnipresente. Se trataba de los cinco mejores jugadores de la cola en solitario del servidor coreano de League of Legends, su talento mecánico y táctico sobrepasó al representante de la League of Legends Pro League.
En los Campeonatos Mundiales de la cuarta temporada, Royal volvió a las andadas. Después de una fase de grupos casi perfecta, la organización demostró en Corea del Sur que era el representante chino en mayor estado de forma. EDward Gaming se vio totalmente sobrepasado en los cuartos de final, algo sorprendente al tratarse del flamante campeón de la LPL. Zhu «NaMei» Jia-Wen presenció en primera persona un recital del finalista mundial. El tirador que más expectativas había generado a lo largo del año acabó silenciado. No tan fácil fue eliminar a Oh My God en semifinales. En una situación de igualdad máxima, InSec marcó la diferencia. El jungla jugó Fiddlesticks en el tercer mapa en una composición hecha por y para pelear en grupo. El coreano se echó a su equipo a la espalda y le llevó hacia su segunda final consecutiva.
En el duelo definitivo para poder alzar la Copa del Invocador el rival volvía a proceder de la League of Legends Championship Korea. No se trataba de SK Telecom T1, sino de Samsung Galaxy White. Samsung jugaba en casa, venía de ganar por 3-0 a su hermano -Samsung Galaxy Blue- en semifinales y estaba en su mejor momento del año. Por desgracia para Uzi y compañía, la historia se volvió a repetir. El conjunto coreano mostró ser totalmente superior, no sólo por talento individual, también por la visión estratégica. Aunque InSec sorprendiera con Rammus para llegar al cuarto mapa, no fue suficiente.
Decía Marcelo Bielsa que “se escucha mucho la pregunta ganar o jugar bien. Creo que debería ser una afirmación: jugar bien para ganar, y no una interrogación entre dos opciones”. Desgraciadamente, Royal Never Give Up se topó en las finales a dos rivales que entendían a la perfección la afirmación de el “loco”. Las derrotas por 3-0 contra SKT y 3-1 ante White respectivamente fueron algo natural. Eran los dos mejores equipos del mundo con diferencia, por lo que chinos tuvieron que conformarse con una merecida medalla de plata.
Historias paralelas
El Fnatic de los Campeonatos Mundiales de 2018 fue un paralelismo del Athletic Club de Bielsa en la UEFA Europa League de la temporada 2011-2012. Eran protagonistas dentro de la Grieta del Invocador y tenían un estilo de juego definido alrededor de Rasmus “Caps” Winther. Igual que los leones, los aficionados de la entidad naranja sentían la misma ilusión que los rojiblancos al saber que podían tener cerca el tan ansiado título. La Copa del Invocador podía volver a Europa igual que la Gabarra podía surcar la ría de Bilbao de nuevo.
Fnatic sólo cedió dos partidas hasta llegar a la final. Como bien hacía el Athletic de el “loco”, la organización europea seducía cada vez más a medida que jugaba. Consiguieron asegurar el primer puesto de su grupo después de ganar el desempate contra Invictus Gaming, quién adquirirá protagonismo en un futuro no muy lejano. Una vez llegados a la fase eliminatoria, los representantes de la League of Legends European Championship -por entonces conocida como LCS EU- parecían intratables.
Ni medios con buena fama como Lee «Scout» Ye-chan o Nicolaj “Jensen” Jensen podían parar a Caps. En su primer año como profesional, Gabriël “Bwipo” Rau se sentía como en casa en la calle superior, mientras que Mads “Broxah” Brock-Petersen experimentó una mejoría innata a lo largo de las eliminatorias. Zdravets «Hylissang» Iliev Galabov jugaba alrededor de la calle central y Martin “Rekkles” Larsson ejercía de líder al ser el capitán del equipo. Tras ganar por 3-1 a EDward Gaming y 3-0 a Cloud 9 en cuartos y semifinales respectivamente, los ganadores de los primeros Campeonatos Mundiales parecían imparables. Tras ocho años tenían posibilidades reales de alzar el título que les hizo grandes por primera vez en su historia. Igual que los leones después de alzarse con la victoria por 2-3 contra el Manchester United en “el teatro de los sueños”, sentían que podían con todo.
Sin embargo, una vez llegados al Estadio de Munhak, los sueños se desvanecieron. Delante tenían a un rival conocido, con el que ya se habían enfrentado anteriormente en fase de grupos: Invictus Gaming. Los chinos llegaban de eliminar a G2 Esports con un contundente 3-0, aunque anteriormente tuvieron que sufrir contra KT Rolster, al que ganaron por 3-2. Fnatic tenía por delante a genios de League of Legends como Song «Rookie» Eui-jin y a jugadores mecánicamente exquisitos como Kang «TheShy» Seung-lok. Sobre la teoría conocían tanto las fortalezas como las debilidades de los representantes de la LPL, pero a la hora de la verdad no fue así.
Invictus arrolló a Fnatic por 3-0 en la gran final. La entidad naranja se vio totalmente superada en la serie más importante del año. Poco quedaba de ese juego atractivo alrededor de Caps o de la mejoría de nivel. Rookie anuló al danés y TheShy hizo lo mismo con Bwipo. Gao «Ning» Zhen-Ning se convirtió en la peor de las pesadillas, como Falcao para el Athletic en la final de la UEFA Europa League. El jungla dominó por completo la Grieta del Invocador y jugó su mejor partido de la historia. Por primera vez en la historia, a costa de destrozar los sueños de Europa, China consiguió ganar – al fin- unos Campeonatos Mundiales.
Aprender a perder
“No ganar y ganar no es lo mismo, pero ningún éxito inmuniza” afirmaba Bielsa. Quizás a SK Telecom T1, el único equipo tricampeón mundial, le hubiera venido bien escuchar las palabras del técnico argentino. SKT ha malacostumbrado a lo largo de los años tanto al público como a ellos mismos a ganar prácticamente todo. En un club tan importante competir al máximo nivel es obligatorio, pero su consistencia a nivel de títulos ha sido inigualable. De ahí se explican dos cosas: que perdieran en 2017 por primera vez en la historia mundiales una serie al mejor de cinco y que dicha derrota doliera tanto.
Los tres veces ganadores de los Campeonatos Mundiales no empezaron para nada mal la séptima temporada. Ganaron en primavera la LCK y en mayo el Mid-Season Invitational. Después de que Ronaldo entregara la medalla de oro a Faker en Brasil, parecía que los coreanos eran imbatibles. Bae “Bang” Jun-sik y Lee “Wolf” Jae-wan seguían al grandísimo nivel que les caracterizó desde 2015, mientras que Heo “Huni” Seung-hoon y Han «Peanut» Wang-ho se combinaban perfectamente gracias a su agresividad. Sin embargo, en verano la situación cambió para los vigentes campeones de la LCK.
Desde la llegada de Kim «Khan» Dong-ha, Moon «Cuzz» Woo-chan y Gwak «Bdd» Bo-seong a Kingzone DragonX, SK Telecom T1 fue a remolque en todo el verano. No parecían ellos mismos ya que en la fase regular sufrieron para llegar a playoffs. De repente, la calle inferior ya no ofrecía el nivel que se esperaba de ellos, mientras que tanto top como jungla parecían desincronizados con el resto de compañeros. El único que mantenía el buen rendimiento era el rey demonio, pero las individualidades no siempre son suficiente para ganar en un deporte de equipo.
Tras perder la final de la LCK contra Kingzone por 3-1, SKT llegó a los Campeonatos Mundiales tocado. En un metajuego caracterizado por jugar alrededor de los tiradores gracias al Incensario Ardiente lo cierto es que los coreanos sufrieron más de la cuenta. Incluso en un contexto favorable, Bang no alcanzaba el mejor de sus niveles. Lo pasaron mal ante equipos como EDward Gaming en fase de grupos, pero como bien decía Ibai Llanos durante la retransmisión de la Liga de Videojuegos Profesional, eran robots. A base de remontar desventajas en las primeras partidas consiguieron llegar a los cuartos de final, donde la situación empezó a complicarse aún más.
Misfits Gaming, un equipo que llegó en la misma séptima temporada a la por entonces LCS europea, consiguió forzarle cinco mapas al mejor club más laureado internacionalmente. Los europeos sorprendieron a T1 con selecciones como el Ivern de Nubar “Maxlore” Sarafian o la famosa Leona con Fervor de Combate de Lee “IgNar” Dong-geun. Aunque finalmente los coreanos consiguieron un 3-2 a su favor, fueron demasiados riesgos tomados ante una entidad que a priori no debía plantarles tanta cara. En semifinales, con Royal Never Give Up delante, más sufrimiento. No obstante, los ocho veces ganadores de la LCK contaron con un factor que no está al alcance del resto: Faker. El mejor jugador de la historia lideró a sus compañeros hacia la final gracias a una serie marcada por jugar cinco veces consecutivas Galio. Uzi fue una vez más abatido.
Sin embargo, SK Telecom T1 no pudo evitar lo inevitable en el Estadio Nacional de Pekín. Delante tenían como rival a Samsung Galaxy, que tenía mucha sed de venganza después de que SKT le arrebatara los Campeonatos Mundiales el año anterior. Una vez dio inicio la batalla dentro de la Grieta del Invocador, el recital táctico de Samsung empezó. Kang «Ambition» Chan-yong lideró a los suyos con Jarvan IV, Lee «CuVee» Seong-jin abatía a Huni en la calle superior con Gnar y Park «Ruler» Jae-hyuk ejercía de estrella. Finalmente, con una Cadena de Corrupción de Varus después de un agresivo Destello decidieron la final. El rey demonio cayó tras ese combo y por ende su dinastía acabó. En las lágrimas de Faker se reflejó el dolor de la primera gran derrota internacional de los tricampeones mundiales. Después de todo, las palabras de Marcelo Bielsa cobraron sentido.
A pesar de saborear la derrota, no hay que perder la calma. Como bien dice el “loco”: «el éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes”. Por lo tanto, en las manos de los tres grandes equipos del grupo C está el poder aprovechar esa coherencia adquirida para pasar a la fase eliminatoria y redimirse de sus anteriores fracasos. Hacer lo que el Athletic Club no ha podido hasta ahora a nivel europeo.