«Hemos perdido a los mejores casters y bla bla bla bla»
El eterno retorno. Una vez más volvió a salir el tema de conversación: Los grandes casters que hemos perdido. ¡Los grandes comentaristas de deportes electrónicos que hemos perdido!
Cuando en el partido solidario entre España y Portugal salieron Ander y Barbe a comentar, a la gente le ilusionó. Cuando entró Cabra y con su desparpajo y talento natural habló de la partida, a la gente le ilusionó. Cuando Ibai volvió a comentar League of Legends, a la gente le ilusionó.
Y es muy bonito. Y la nostalgia es maravillosa. Y volver a escuchar a alguien que te ha acompañado durante tanto tiempo es cálido y dulce, que sabe a hogar.
Pero ya está. Va siendo hora de madurar y de dejar los temas aparte de quién es el mejor comentarista, quién es el peor, quién le gusta más, quién le gusta menos.
El propio Manuel Martínez dijo en un programa de Esportmaníacos que el nivel de presión que la opinión pública ejerce a un comentarista es superlativo. Que uno de los motivos por el que lo deja es por esto. Y sin embargo, parece que no hemos aprendido nada. Parece que tenemos que sacar la conversación todo el rato. Parece que nos da igual cómo se sienta la gente: Tenemos que hablar n’importe quoi. Y no somos conscientes de que un comentario puede provocar un efecto en cadena en el público porque el público es muy fácil de influir.
Quiero poner un punto de lógica aquí: Es NORMAL que un equipo de comentaristas que lleva CUATRO MESES en la alineación principal no sea tan bueno COMO OTRO que llevaba AÑOS. Entiendo que es el espíritu posadolescente el que nos impulsa todo el rato a poner lo buenos que somos y lo larga que la tenemos o la tienen estos que me gustaban. Pero en algún momento tenemos que pensar en cómo nos afecta esto a todos
Ya no están. Se han ido. Algunos son más grandes que la propia industria y otros descubren que no están cómodos en ella y prefieren dar la vuelta y dedicarse a otra cosa. Algunos tuvieron problema con la organización o no llegaron a acuerdos. Algunos hacen lo que pueden cuando pueden. Y cuando vuelvan, les recibiremos con los brazos abiertos porque son nuestros amigos.
Se acabó. Vamos a superarlo. Vamos a dejar el tema de conversación. Seamos empáticos de una vez. Pensemos en los que se quedan.
Todo el mundo echa de menos a gente. No convirtamos esto en una guerra.
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