El mundo del videojuego nos sorprende continuamente en todos los sentidos, con grandes sorpresas y decepciones, pero el deseo de seguir probando y disfrutando de todo lo que este nos tiene que ofrecer. Dentro del mismo los fighting games son uno de los géneros más veteranos y que siempre han acompañado a los jugadores, y es que pese a desarrollar una gran narrativa a lo largo de las décadas, dejando momentos para el recuerdo, estos siguen sorprendiéndonos de todas las formas posibles.
El profesionalismo es cada vez mayor tanto en el mundo del videojuego como el de los esports, pero pese a ello todavía hay lugar para las sorpresas. Adrian Riven es un streamer especializado en League of Legends que forma parte de Counter Logic Gaming, un jugador que habitualmente destaca como Challenger y habitúa a jugar como top laner. Alcanzar ese nivel en un juego competitivo como el MOBA de Riot Games deja claro que estamos ante un jugador de enorme talento, pero esa capacidad para destacar en los videojuegos no se queda solo en el LoL.
League of Legends player gets challenger in DBFZ at CEO. 🤯
Congrats to @1Adrianaries1 for getting 5th place at his first ever fighting game major. pic.twitter.com/CtoHpAkECQ
— CLG (@clgaming) December 7, 2021
Adrian Riven ha quedado en quinto lugar en el CEO 2021 de Dragon Ball FighterZ. Un torneo realizado de forma presencial en la localidad estadounidense de Orlando, Florida, y que confirmó al streamer como un jugador de nivel en los fighting games tras destacar en su primer evento presencial.
Fighting games y MOBA
Dos géneros muy alejados entre sí, pero que pueden presentar algunas familiaridades como el eventual 1vs1 en ciertas secciones del mapa como la calle superior, donde nuestro protagonista habitúa a enfrentarse. Más allá de esto, no pueden ser más distintos, pero la unión entre géneros está haciendo posible Project L, el fighting game de Riot Games situado en el universo League of Legends y en el que manejaremos a distintos campeones.