El anuncio del desarrollo de un MMO por parte de Riot Games ha levantado polémica, y no por la idea en sí. La comunidad de World of Warcraft se ha alzado para poner el grito en el cielo por Ghostcrawler, quien durante años trabajó en el desarrollo del MMO de Blizzard antes de dar el salto a Riot.
Tanto positiva como negativa, Ghostcrawler ha sido siempre diana para la comunidad de World of Warcraft. Llegó al equipo de diseño un año antes de ‘The Burning Crusade‘ y en 2014 se incorporó a League of Legends. Muchas le recuerdan como, entre muchas decisiones, ha cambiado tantas cosas dentro del WoW.
Por ejemplo, de un tiempo a esta parte, las clases en World en Warcraft se han ido simplificando y facilitando sus mecánicas. Además, el juego se ha vuelto mucho más ‘meta-dependiente‘: si bien antes ya había diferencias entre las clases y especializaciones, era todo más jugable; ahora el juego se diferencia mucho más entre specs buenas para el meta y las malas, tanto en PvE com en PvP.
Este desbalanceo ha sido siempre motivo de crítica hacia su figura, pues actualmente aún sigue habiendo una gran diferencia entre clases. Otro aspecto a destacar es la cada vez menor sensación de autenticidad del juego: para hacer PvP necesitas a veces tener que hacer cosas de PvE, y viceversa.
El desequilibrio entre clases es uno, pero hay más puntos: dejar obsoleto el contenido de una expansión nada más salir la siguiente es otro de ellos. Sin embargo, también hay aspectos positivos en su cuenta. Por ejemplo, desde que no está muchos recuerdan cómo era el único del equipo de desarrollo que se reunía y debatía con jugadores de alto nivel para pedir feedback de cara a los parches y al balance de las clases.