Tyler «Ninja» Blevins, uno de los streamers más populares del planeta y la figura que llevó Twitch al siguiente nivel en Estados Unidos. Las cotas de popularidad que el norteamericano alcanzó con Fortnite fueron todo un fenómeno en su día, similar a lo que vivimos a día de hoy con Ibai Llanos en nuestro país, pero con la diferencia del tamaño y magnitud que tiene Estados Unidos en nuestra sociedad.
Todo el mundo quería ser Ninja, estar con Ninja, hacer cualquier cosa con él, pero lo que nadie esperaba es que en el momento más alto de su carrera decidiese marcharse de Twitch. Lo hizo por Mixer, la plataforma de streaming de Microsoft quería estar a la altura de su principal competidor y para ello se dedicó a fichar grandes creadores de contenido. El éxito de esta estrategia es evidente, fue el comienzo del fin, Mixer desapareció y tuvo que pagar 30 millones de dólares a Ninja. El negocio más rentable de la historia para el de Michigan.
Ninja estuvo con Courage y Nadeshot en el podcast de 100 Thieves, y uno de los temas sobre los que charlaron fue su marcha a Mixer, un movimiento sin precedentes hasta entonces. Historia de la industria del entretenimiento.
Ninja quería que Mixer triunfase
Durante la charla, Ninja lamentó la oportunidad que perdió Mixer y destacó que no solo lo hizo por dinero, también por lo que él consideraba algo positivo para el mundo del streaming, que hubiese opciones más allá de Twitch.
«Hacía el doble de horas de las que se suponía debía hacer, tenía un contrato de 150 horas, creo, al mes y estaba haciendo 300 facilmente», destacó Ninja durante la charla. Esa cantidad de horas fue las que realizó a lo largo de seis meses, una situación en la que se esforzó para que saliese bien, pero finalmente no fue así. Mixer no fue capaz de retener a su audiencia e igualmente Ninja no ha vuelto a tener el mismo impacto en Twitch y YouTube desde ese movimiento. Nadie es imprescindible.